La guerra es un crimen que siempre será impune

*Por Hugo Delgado.

10/09/13-.Mientras a lo largo y ancho del mundo los pueblos y gobiernos hacen un llamado a la paz, desde los Estados Unidos de Norteamérica debaten cínicamente en el Congreso la magnitud del ataque unilateral a Siria.

Primero se llevaron a los comunistas, pero a mi no me importó porque yo no lo era; enseguida se llevaron a unos obreros, pero a mí no me importó porque yo tampoco lo era, después detuvieron a los sindicalistas, pero a mí no me importó porque yo no soy sindicalista; luego apresaron a unos curas, pero como yo no soy religioso, tampoco me importó; ahora me llevan a mí, pero ya es demasiado tarde.
Bertolt Brecht

Estamos viviendo una historia que ya hemos vivido.

La vivimos en Irak; y en Libia; la vivimos en Vietnam y Panamá.

La vivimos desde el comienzo de la historia del hombre moderno, cuando al imperio de turno se le ocurría que necesitaba incrementar sus recursos y miraba en el tablero del planeta a quien expoliar.

¿Cuál es la diferencia acaso entre esta nueva incursión usamericana, en este caso sobre Siria, en nombre de la “defensa del pueblo sirio de las armas químicas de su gobierno (que probablemente jamás haya utilizado)” de la campaña del “descubrimiento de América”?

Acaso el nombre de los protagonistas, y hasta ni siquiera porque en cada uno de los casos el verdadero protagonista no fue el país que avasalló a otro país sino el capital buscando financiar algún quebranto o alguna nueva aventura.

La gran pregunta que debemos hacernos como raza es “¿hasta cuándo?”

Hasta cuándo vamos a tolerar que cínicamente, en nombre de la democracia y de los pueblos se acabe con los gobiernos que los pueblos se han dado y se masacre a los pueblos en cuestión.

Hasta cuando vamos a seguir tolerando indolentes los discursos cínicos de quienes ejercen el poder mundial, mandándonos a la guerra mientras nos siguen vendiendo sus porquerías.

No nos dejemos engañar, las bombas parecerá que caen muy lejos, pero en realidad caen a solo algunas ideas de cada uno de nosotros.

Porque aquí no se combatirá (¿combatirá?) por ideales ni por valores morales o humanitarios, sino por valores de esos que cotizan en bolsa.

Y yo me pregunto aquí: ¿qué respuesta debe esperar Estados Unidos de Norteamérica si va a Siria, como antes fue a Irak y a Libia a bombardear, a asesinar?

Esa acción en nombre de los valores humanos ¿no es una acción terrorista?

¿Quién tendrá el valor de ponerle el cascabel al gato?

Porque esas bombas que hoy caerán, ante la más o menos indiferente sociedad mundial, sobre Siria mañana pueden caer sobre Venezuela; Ecuador; Bolivia o Argentina.

Porque en definitiva se trata de atacar a países soberanos, que no han agredido a nación alguna, que intentan reprimir a grupos armados que operan en sus territorios sin reconocer al gobierno elegido en las urnas y que además son financiados de una u otra forma por la inteligencia usamericana.

Pero hablemos un poco de Siria.

Actualmente, merced a la gestión oficiosa de Estados Unidos de Norteamérica Siria es el último estado laico de Oriente Medio y fue suplantado en diversas naciones por gobiernos confesionales.

Gobiernos que limitan los derechos de sus ciudadanos, aunque esto no molesta a los Estados Unidos mientras les permitan hacer grades negocios.

Nada se escucha decir a la gran nación del norte sobre la condición dictatorial del Emirato de Kuwait; ni sobre las condiciones tiránicas del gobierno de Arabia Saudita; ni sobre otros tantos países gobernados por reyes déspotas, en los cuales en muchos casos aún existe la esclavitud y las mujeres, en pleno Siglo XXI no tienen derecho alguno.

¿Por qué toleramos entonces tanto hipocresía?
Tal vez porque es más sencillo mirar para otro lado esperando que a nosotros nunca nos toque, aunque muy en el fondo sabemos que ese “nunca nos toque” significa nunca molestemos al verdadero poder con nuestra libertad.

 
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